Ando como hormiguita por tu espalda
ando por la quebrada dulce de la seda.
Vengo de las alturas de tus nalgas,
hacia el oro que se derrama y se me enreda
Tú te vuelves pidiendo el cielo,
apuntando a la luz con flores.
Y como lazarillos son los sabores
en tu jardín de anhelos...
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